El polvo no es sólo una molestia doméstica; también es una molestia planetaria, particularmente en Marte. Antes de que los astronautas visiten el Planeta Rojo, debemos comprender cómo las partículas de polvo que a menudo llenan la atmósfera podrían afectarles a ellos y a sus equipos.

La tormenta de polvo marciana global del verano de 2018, la que borró la luz del sol durante semanas y dejó inoperativo al querido rover Opportunity de la NASA, ofreció una oportunidad de aprendizaje sin precedentes. Por primera vez, los seres humanos tenían ocho naves espaciales que orbitaban Marte o vagaban por su superficie: el mayor grupo de exploradores robóticos que había visto una tormenta de polvo global.

Estas imágenes muestran el avance de la tormenta de polvo global, tomada por la Cámara de mástil de Curiosity entre Sol 2075 y Sol 2170 en Marte, que habría caído entre el 8 de Junio de 2018 y el 13 de Septiembre de 2018 en la Tierra. Image Credit: NASA/JPL-Caltech/York University

 

Los científicos de todo el mundo todavía están analizando una gran cantidad de datos, pero los informes preliminares incluyen información sobre cómo las tormentas de polvo masivas podrían haber afectado al agua, los vientos y el clima en el pasado marciano, y cómo podrían afectar al clima y la energía solar en el futuro.

Las tormentas de polvo marcianas son comunes, especialmente durante la primavera y el verano en el hemisferio sur. Tienden a durar un par de días y pueden cubrir regiones del planeta del tamaño de los Estados Unidos. Pero las que rodean el planeta son impredecibles, a veces se prolongan durante meses. ¿Por qué? "Todavía no sabemos qué es lo que impulsa la variabilidad, pero la tormenta de 2018 nos da otro punto de datos", dice Scott Guzewich, científico atmosférico del Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA en Greenbelt, Maryland, quien lidera la investigación de la tormenta de polvo en la NASA.

La NASA vio por primera vez una tormenta de polvo de cerca en 1971 cuando nuestra nave espacial Mariner 9, la primera en orbitar otro planeta, llegó a un Planeta Rojo envuelto en polvo. Desde entonces, hemos visto tormentas globales en 1977 (dos veces), 1982, 1994, 2001, 2007 y 2018.

Aquí hay algunas cosas que vimos desde el espacio y desde el suelo durante la reciente tormenta de polvo global que ayudó a abordar algunas preguntas abiertas y otras nuevas expuestas:

¿Podrían las tormentas de polvo globales haberse llevado el agua del planeta?