Aunque no es una de las lluvias de meteoros más espectaculares del año —su actividad apenas alcanza entre 10 y 15 meteoros por hora—, las Úrsidas ofrecen una excusa perfecta para dar la bienvenida a las fiestas navideñas mirando al cielo.

Este fenómeno suele pasar desapercibido porque queda encajado entre dos lluvias mucho más activas: las Gemínidas, que alcanzan su máximo aproximadamente una semana antes, y las Cuadrántidas, cuyo pico se produce unas dos semanas después. Sin embargo, su coincidencia con las fechas navideñas convierte a las Úrsidas en una cita astronómica muy especial.

El momento de máxima actividad se espera durante la madrugada del lunes 22 de diciembre, desde las primeras horas de la noche hasta el inicio del crepúsculo matutino.

Los meteoros de las Úrsidas son fragmentos del cometa 8P/Tuttle, descubierto en 1858. Cada año, por estas fechas, la Tierra atraviesa una región del espacio poblada por restos desprendidos de este cometa en sus sucesivos acercamientos al Sol. Cuando uno de estos fragmentos —conocidos como meteoroides— entra en la atmósfera terrestre, se desintegra por la fricción con el aire y produce el característico destello luminoso que conocemos como meteoro o estrella fugaz.

Como ocurre en todas las lluvias de estrellas, los meteoros parecen surgir de un mismo punto del cielo, denominado radiante. En el caso de las Úrsidas, este se localiza cerca de la estrella Kochab, en la constelación de la Osa Menor, de donde toman su nombre.

Para observarlas no se necesita ningún equipo especial: basta con abrigarse bien y alejarse de las luces de la ciudad, buscando un lugar oscuro con una vista despejada del cielo. Tras unos minutos para que los ojos se adapten a la oscuridad, solo queda mirar hacia arriba. No es necesario fijar la vista directamente en el radiante; de hecho, los meteoros suelen verse mejor en zonas del cielo algo alejadas de él.

Un pequeño espectáculo celeste que añade un toque de magia al cielo nocturno y brinda la excusa perfecta para pedir un deseo navideño mirando a las estrellas.