Mercurio Revela su Impresionante “Cola de Sodio”, la más Grande del Sistema Solar
El planeta más pequeño del Sistema Solar vuelve a captar la atención de astrónomos y aficionados. Diciembre de 2025 ofrece un doble espectáculo: por un lado, Mercurio está viviendo uno de los mejores momentos del año para ser observado desde el hemisferio norte —especialmente alrededor del 7 de diciembre, cuando alcanza su máxima elongación occidental, situándose lo más alto posible sobre el horizonte este antes del amanecer—; por otro, su gigantesca cola de sodio, la mayor estructura de este tipo en el Sistema Solar, se acerca a uno de sus picos de brillo anual. En estos días, el planeta aparece como un objeto notablemente brillante en el cielo matinal y puede contemplarse en condiciones excepcionalmente favorables justo antes del alba.
En este contexto de excelente visibilidad, el pasado 3 de diciembre el astrofotógrafo Steven Bellavia capturó desde Surry, Virginia, una imagen espectacular de la cola de Mercurio: una estela de gas de unos 24 millones de kilómetros de longitud, eyectada por la interacción directa del planeta con la intensa radiación solar. Dado que la atmósfera de Mercurio es extremadamente tenue, los átomos —en especial los de sodio— son arrancados y empujados hacia el espacio por la presión de la luz solar. El sodio, responsable del característico brillo amarillo, fue captado por Bellavia gracias a un filtro de banda estrecha centrado en 589 nm, la longitud de onda donde este elemento emite con mayor intensidad.
Aunque teorizada en los años 80 y descubierta finalmente en 2001, esta enorme cola ha sido estudiada en profundidad por la misión MESSENGER de la NASA, que documentó cómo su luminosidad cambia siguiendo un patrón regular a lo largo de la órbita de Mercurio. Los especialistas saben que el brillo alcanza su máximo cuando el planeta se encuentra ±16 días de su perihelio, debido a efectos relacionados con el corrimiento Doppler en las líneas de absorción del sodio.
Ese momento está muy próximo. El 9 de diciembre, Mercurio se situará exactamente 16 días después de su perihelio, lo que podría hacer que su cola sea hasta diez veces más brillante que la registrada por Bellavia. Coincidirá así un pico luminoso excepcional con uno de los mejores periodos para detectar al propio planeta en el cielo del amanecer.
Para los observadores, esto significa una oportunidad única: Mercurio será visible en un cielo aún oscuro, brillante y elevado sobre el horizonte este; y, con el equipo adecuado —especialmente un filtro de sodio—, incluso podría revelarse la estela amarillenta que lo transforma brevemente en el “cometa” más grande del Sistema Solar. No es una observación sencilla, pero sí una de las más singulares y bellas que puede ofrecer el firmamento.


