Webb Captura el Deslumbrante “Baile” de Dos Galaxias Enanas

Telescopios Espaciales
4/12/2025
Webb Captura el Deslumbrante “Baile” de Dos Galaxias Enanas

Dos galaxias enanas, NGC 4490 y NGC 4485, revelan su danza gravitacional en esta imagen del telescopio Webb. Credit: ESA/Webb, NASA & CSA, A. Adamo (Stockholm University), G. Bortolini, and the FEAST JWST team

El telescopio espacial James Webb ha revelado una de sus imágenes más fascinantes del año: un par de galaxias enanas atrapadas en una danza gravitacional que lleva cientos de millones de años en desarrollo. Las protagonistas, NGC 4490 y NGC 4485, se encuentran a unos 24 millones de años luz de la Tierra, en la constelación de Canes Venatici, y conforman el sistema conocido como Arp 269.

Aunque su tamaño es modesto en comparación con gigantes como la Vía Láctea, estas galaxias enanas ofrecen a los astrónomos una oportunidad excepcional. Son el sistema en interacción de este tipo más cercano donde se han observado tanto un puente de gas entre ambas como poblaciones estelares claramente distinguibles. Esto permite estudiar procesos que fueron comunes en el Universo temprano, cuando pequeñas galaxias chocaban, se fusionaban y encendían frenéticas oleadas de nacimientos estelares.

Una historia escrita en estrellas y gas

Los instrumentos infrarrojos de Webb —su cámara NIRCam y el espectógrafo MIRI— han permitido ver a través del polvo que envuelve a ambas galaxias y revelar sus estructuras internas con una nitidez sin precedentes. La imagen muestra a NGC 4490 como la mayor de las dos, adornada por regiones brillantes donde se forman nuevas estrellas, mientras que NGC 4485 aparece como un remolino más pequeño situado en la parte superior.

El análisis de estas observaciones permite reconstruir parte de su historia compartida. Según los astrónomos, el primer acercamiento entre ambas ocurrió hace unos 200 millones de años. Durante ese encuentro, la galaxia más masiva desgarró una enorme corriente de gas de su compañera. Décadas de evolución cósmica después, hace unos 30 millones de años, ese gas robado volvió a densificarse y desencadenó una segunda gran oleada de formación estelar.

El resultado es un puente brillante de material caliente que une a ambas galaxias: una especie de cicatriz luminosa que delata la violencia de su interacción. Jóvenes cúmulos estelares, algunos con miles de estrellas masivas, puntean la región con tonos azulados, mientras que el polvo calentado por su radiación resplandece en tonos rojizos.

Ventana al pasado del cosmos

Para los investigadores, este sistema es un laboratorio ideal. Las galaxias enanas actuales conservan muchas de las características de las primeras galaxias que poblaron el Universo: menor masa, abundancia de gas y bajos niveles de elementos pesados. Esto las convierte en modelos naturales para entender cómo crecieron y evolucionaron las estructuras en los primeros miles de millones de años tras el Big Bang.

La capacidad de Webb para resolver estrellas individuales y detectar incluso los filamentos más tenues de gas ofrece una visión sin precedentes de cómo dos sistemas pequeños pueden influirse mutuamente, intercambiar material y desencadenar nuevas generaciones de estrellas.

Una danza que continuará

Aunque a primera vista parece un instante congelado, lo captado por Webb es solo un fotograma más en una coreografía que continúa. Eventualmente, NGC 4490 y NGC 4485 podrían terminar fusionándose en una sola galaxia, aunque eso ocurrirá dentro de cientos de millones de años.

Por ahora, su danza sigue ofreciendo a la ciencia una oportunidad única: observar de cerca los mismos procesos que moldearon el Universo primitivo. Y gracias a la visión infrarroja del telescopio Webb, esa historia es hoy más clara y espectacular que nunca.

Actualizado: 6/12/2025