Muchas de las galaxias más queridas en el cosmos son notablemente grandes, cercanas, masivas, brillantes o hermosas, a menudo con una estructura o historia inusual o intrigante. Sin embargo, se necesita todo tipo para hacer un universo, como lo demuestra esta imagen perteneciente a Messier 110 captada por el Telescopio Espacial Hubble.
Saturno es tan hermoso que los astrónomos no pueden resistirse a usar el Telescopio Espacial Hubble para tomar instantáneas anuales del mundo anillado cuando se encuentra a la distancia más cercana a la Tierra. Estas imágenes, sin embargo, son más que solo fotos de belleza. Revelan un planeta con una atmósfera turbulenta y dinámica.
Su tamaño y gravedad superficial son mucho más grandes que los de la Tierra, y su entorno de radiación puede ser hostil, pero un planeta distante llamado K2-18b ha captado el interés de los científicos de todo el mundo. Por primera vez, los investigadores han detectado firmas de vapor de agua en la atmósfera de un planeta más allá de nuestro sistema solar que reside en la "zona habitable", la región alrededor de una estrella en la que el agua líquida podría acumularse en la superficie de un planeta rocoso.
Un equipo de astrónomos encontró ráfagas de rayos X que se repiten cada nueve horas desde el centro de una galaxia llamada GSN 069. Obtenidos con el Observatorio de Rayos X Chandra de la NASA y el XMM-Newton de la Agencia Espacial Europea, estos datos indican que el agujero negro supermasivo ubicado allí está consumiendo grandes cantidades de material en un horario regular.
Las explosiones en azul brillante y verde en esta imagen de la galaxia de los Fuegos Artificiales (NGC 6946) muestran las ubicaciones de fuentes extremadamente brillantes de luz de rayos X capturadas por el observatorio espacial NuSTAR de la NASA. Un nuevo estudio, publicado en Astrophysical Journal, ofrece algunas posibles explicaciones para la aparición sorpresa de la fuente verde cerca del centro de la galaxia, que apareció y desapareció en cuestión de semanas.
Alcanzando un hito importante, los ingenieros han conectado con éxito las dos mitades del telescopio espacial James Webb de la NASA por primera vez en las instalaciones de Northrop Grumman en Redondo Beach, California. Una vez que llegue al espacio, el telescopio espacial más potente y complejo de la NASA explorará el cosmos utilizando luz infrarroja, desde planetas y lunas dentro de nuestro Sistema Solar hasta las galaxias más antiguas y distantes.
El Observatorio de rayos X Chandra de la NASA ha capturado muchas imágenes espectaculares de fenómenos cósmicos durante sus dos décadas de operaciones, pero quizás su más icónico es el remanente de supernova Cassiopeia A. Ubicado a unos 11.000 años luz de la Tierra, Cas A (como se le conoce) es el campo de escombros que queda tras una explosión de una estrella masiva.
Un nuevo estudio con datos del Telescopio Espacial Spitzer de la NASA proporciona una visión rara de las condiciones en la superficie de un planeta rocoso que orbita una estrella más allá del Sol. El estudio muestra que la superficie del planeta puede parecerse a la de la Luna de la Tierra o a la de Mercurio: es probable que el planeta tenga poca o ninguna atmósfera y podría cubrirse con el mismo material volcánico enfriado que se encuentra en las áreas oscuras de la superficie de la Luna, llamadas mare.
Esta nueva y espectacular imagen captada por el Telescopio Espacial Hubble de Júpiter el 27 de Junio de 2019, muestra la Gran Mancha Roja del planeta gigante, y una paleta de colores más intensa en las nubes que se arremolinan en la turbulenta atmósfera de Júpiter que se vio en años anteriores. Los colores y sus cambios proporcionan pistas importantes para los procesos en curso en la atmósfera de Júpiter
Esta imagen del Telescopio Espacial Spitzer de la NASA podría parecer un sable de luz flotando en el espacio, pero en realidad es una galaxia entera vista de lado. El largo haz rojo en el centro de la imagen es una galaxia llamada NGC 5866. Se encuentra a 44 millones de años luz de la Tierra y tiene un diámetro de aproximadamente 60.000 años luz, un poco más de la mitad del diámetro de nuestra propia galaxia, la Vía Láctea.