Esta gigantesca nube de hidrógeno frío, llamada N159, se encuentra a unos 160.000 años luz de distancia, en la constelación de Dorado. N159 es una de las regiones de formación estelar más grandes y masivas de la Gran Nube de Magallanes, una galaxia enana que acompaña a la Vía Láctea.
La fotografía muestra solo una parte del complejo estelar N159, que en su totalidad se extiende más de 150 años luz. Para imaginar su tamaño, basta decir que esa distancia es casi 10 millones de veces la que separa la Tierra del Sol.
En el interior helado de esta inmensa nube, bajo la intensa presión de la gravedad, comienzan a brillar las estrellas jóvenes. Las más calientes y masivas iluminan su entorno con una luz rojiza. Ese resplandor rojo es característico del hidrógeno excitado, un tipo de luz al que el Telescopio Espacial Hubble es especialmente sensible.
Algunas de las estrellas parecen envueltas por gas rojizo, mientras que otras se encuentran en el centro de burbujas transparentes a través de las cuales puede verse el fondo oscuro del espacio. Estas burbujas son señales de la retroalimentación estelar: las estrellas recién formadas calientan y erosionan su entorno con radiación de alta energía y potentes vientos estelares.
El Hubble ya había fotografiado toda la región N159 en 2016. Esta nueva versión incorpora una longitud de onda adicional, lo que permite resaltar el gas caliente que rodea a las estrellas recién nacidas.

