
Capturada con exquisito detalle por el telescopio Gemini Sur en Chile, la nueva imagen de la nebulosa NGC 6302 revela dinámicos flujos de gas provocados por una estrella extremadamente caliente.
Para celebrar los 25 años desde la finalización de la construcción del Observatorio Internacional Gemini, estudiantes en Chile votaron para que el telescopio Gemini Sur obtuviera nuevas imágenes de NGC 6302: una nebulosa planetaria de aspecto ondulante que recuerda a una mariposa cósmica.
En esta imagen, las brillantes “alas” de la Nebulosa de la Mariposa parecen impulsarse desde el medio interestelar. El telescopio Gemini Sur, ubicado en Cerro Pachón, Chile, capturó este objeto elegido por estudiantes como parte de la conmemoración de la Primera Luz de Gemini. La iniciativa invitó a estudiantes de las regiones donde se ubican los telescopios Gemini a seleccionar un objeto celeste para homenajear el legado del observatorio desde la Primera Luz de Gemini Sur en noviembre del año 2000.
NGC 6302 es una nebulosa planetaria bipolar ubicada entre 2.500 y 3.800 años luz de distancia, en la constelación de Escorpión. Su fecha de descubrimiento no es completamente clara, aunque suele atribuirse al astrónomo estadounidense Edward E. Barnard, quien la estudió en 1907. Sin embargo, el astrónomo escocés James Dunlop podría haberla observado ya en 1826. Además de su nombre oficial, NGC 6302, también se la conoce como Nebulosa de la Mariposa, Nebulosa del Insecto o Caldwell 69.
Las nebulosas planetarias son nebulosas de emisión formadas por estrellas masivas en la fase final de sus vidas, cuando expulsan material al espacio y quedan rodeadas por una capa de gas ionizado en expansión. Aunque suelen tener una forma redondeada —razón por la que los primeros astrónomos las compararon con planetas— la Nebulosa de la Mariposa ofrece un aspecto distinto: se asemeja más a una criatura alada en pleno vuelo. Esta estructura única surge de una estrella central que desprende capas de gas y polvo mientras llega al final de su existencia.
En 2009, la cámara Wide Field Camera 3 del Telescopio Espacial Hubble reveló que la estrella central es una enana blanca: el denso remanente de una estrella similar al Sol que expulsó sus capas externas hace más de dos mil años. Esta estrella posee alrededor de dos tercios de la masa del Sol y es una de las más calientes conocidas, con una temperatura superficial que supera los 250.000 °C (450.000 °F), lo que indica que la estrella original debió ser muy masiva.
Los estudios de NGC 6302 describen una evolución particularmente violenta. Antes de transformarse en enana blanca, la estrella fue una gigante roja con un diámetro cercano a mil veces el del Sol. Durante esa etapa expulsó lentamente sus capas externas desde el ecuador, formando una banda oscura similar a una dona que aún se aprecia alrededor de la estrella. Más tarde, el gas restante fue expulsado perpendicularmente a esa banda, lo que canalizó la salida del material y modeló la estructura bipolar característica de la nebulosa.
Con el paso del tiempo, la estrella emitió un intenso viento estelar que atravesó las “alas” a más de 3 millones de kilómetros por hora (1,8 millones de millas por hora). La interacción entre el gas rápido y el gas más lento aportó textura adicional a las estructuras gaseosas.
Como es típico de las enanas blancas, la estrella central emite una radiación extremadamente fuerte que calienta las “alas” de NGC 6302 a más de 20.000 °C (unos 35.000 °F), haciendo que el gas brille. En la imagen, el intenso color rojo corresponde al hidrógeno ionizado, mientras que el azul profundo señala regiones de oxígeno energizado. Estos materiales —junto con otros elementos detectados en la nebulosa, como nitrógeno, azufre e hierro— enriquecerán el medio interestelar y contribuirán a la formación de futuras generaciones de estrellas y planetas.
