Webb Revela un Espectacular Sistema de Cuatro Espirales de Polvo Estelar

El telescopio espacial James Webb ha logrado revelar una de las estructuras estelares más llamativas observadas hasta ahora: cuatro conchas de polvo en espiral que rodean al sistema estelar Apep, un conjunto de estrellas masivas y altamente energéticas situado en nuestra galaxia. Antes de Webb, solo se había detectado una de estas capas, pero su visión en el infrarrojo medio permitió descubrir toda la compleja arquitectura del sistema, mostrando un escenario mucho más dinámico de lo que se pensaba.
Apep está formado por dos estrellas Wolf-Rayet, conocidas por ser extremadamente calientes, brillantes y por expulsar enormes cantidades de material al espacio. Mientras orbitan entre sí, sus intensos vientos estelares chocan y generan polvo, que se va enrollando en forma de espiral a medida que las estrellas giran. Gracias a las nuevas observaciones, los científicos pudieron estimar que ambas estrellas completan su órbita aproximadamente cada 190 años, y que durante cerca de 25 años de ese ciclo producen el polvo que forma cada una de las conchas visibles.
Sin embargo, la sorpresa no quedó ahí. Webb confirmó que Apep no es un sistema doble, sino triple: además de las dos estrellas Wolf-Rayet existe una supergigante masiva adicional. Esta tercera estrella influye fuertemente en la estructura del sistema, ya que su gravedad “abre” huecos en las conchas de polvo, dejando patrones claramente visibles en las imágenes. Es justamente esta huella en las capas lo que permitió a los astrónomos confirmar su presencia de manera concluyente.
El polvo expulsado por las estrellas está compuesto principalmente de carbono amorfo, un material que se mantiene caliente incluso a grandes distancias y que Webb puede detectar con gran sensibilidad. Este polvo es arrojado al espacio a velocidades impresionantes, que alcanzan entre 2 000 y 3 000 kilómetros por segundo, creando estructuras que se expanden rápidamente y que quedan registradas como las espirales observadas.
El interés científico en Apep es enorme. Las dos estrellas Wolf-Rayet poseen entre 10 y 20 veces la masa del Sol, mientras que la supergigante podría ser hasta cinco veces más masiva que ellas. Se espera que, en el futuro, estas estrellas terminen explotando como supernovas, e incluso existe la posibilidad de que produzcan un estallido de rayos gamma, uno de los fenómenos más energéticos del cosmos, antes de convertirse en agujeros negros. Además, los sistemas con dos estrellas Wolf-Rayet activas son extremadamente raros en la Vía Láctea, lo que hace de Apep un caso único para estudiar la física de estas estrellas moribundas.
Las imágenes obtenidas por el telescopio James Webb no solo ofrecen una vista espectacular, sino que también aportan información decisiva para entender cómo evolucionan las estrellas más masivas del universo y cómo generan el polvo que, en el tiempo cósmico, puede convertirse en parte de nuevos sistemas estelares y planetarios. Apep, con su danza de polvo en expansión, se convierte así en un laboratorio celeste excepcional para explorar los procesos que preceden a las explosiones estelares más potentes conocidas.
Esta visualización científica muestra un modelo en 3D de tres de las cuatro capas de polvo expulsadas por las dos estrellas Wolf‑Rayet del sistema Apep, basado en observaciones en infrarrojo medio realizadas por el telescopio espacial James Webb de la NASA. Apep está formado por un par de estrellas binarias Wolf‑Rayet que orbitan entre sí y generan estas estructuras de polvo en espiral. Créditos de la imagen: NASA, ESA, CSA, STScI; Simulación: Yinuo Han (Caltech), Ryan White (Macquarie University); Visualización: Christian Nieves (STScI); Procesamiento de imagen: Alyssa Pagan (STScI).
