El Hubble Captura en Detalle los Brazos de una Lejana Galaxia Espiral
El Telescopio Espacial Hubble de la NASA y la Agencia Espacial Europea (ESA) ha captado una imagen espectacular de la galaxia espiral NGC 3596, revelando con precisión sus característicos brazos enrollados y brillantes regiones de formación estelar. Esta observación combina datos de seis longitudes de onda diferentes de luz, ofreciendo una vista sin precedentes de esta estructura cósmica.
Ubicada a unos 90 millones de años luz de la Tierra, en la constelación de Leo, NGC 3596 fue observada por primera vez en 1784 por el astrónomo británico Sir William Herschel. Desde nuestra perspectiva en la Tierra, esta galaxia se presenta casi perfectamente de frente, lo que permite una visión clara de sus simétricos brazos espirales.
En estos brazos residen densas concentraciones de gas, polvo y estrellas, que delatan las zonas de mayor actividad estelar. Destacan las brillantes regiones rosadas, donde nacen nuevas estrellas, y las jóvenes estrellas azules que se alinean con los brazos espirales, marcando su contorno.
Comprender cómo se forman estos brazos espirales sigue siendo uno de los grandes desafíos de la astronomía. Las galaxias espirales muestran una enorme diversidad: algunas tienen brazos bien definidos, otras presentan estructuras irregulares o difusas; algunas tienen barras prominentes en el centro, otras apenas un núcleo compacto. Y mientras algunas se encuentran en entornos galácticos densos, otras, como NGC 3596, parecen estar más aisladas.
Durante décadas, los científicos se enfrentaron al llamado "problema del enrollamiento": si los brazos espirales fueran estructuras físicas permanentes, deberían enrollarse cada vez más con el tiempo debido a la rotación de la galaxia, hasta desaparecer. Sin embargo, la teoría más aceptada en la actualidad sugiere que los brazos no son estructuras fijas, sino patrones de densidad que se mueven a través del disco galáctico.
Este fenómeno se asemeja al flujo de coches en un atasco: las estrellas, el gas y el polvo se agrupan al entrar en los brazos espirales, reduciendo su velocidad, y luego se dispersan al salir. De este modo, los brazos se mantienen visibles no como un conjunto de objetos concretos, sino como zonas donde la materia se concentra temporalmente.
Gracias a herramientas como el Hubble, los astrónomos continúan explorando estos complejos mecanismos galácticos, arrojando luz sobre los procesos que dan forma a las estructuras más fascinantes del universo.