
Para conmemorar su tercer aniversario de asombrosos descubrimientos en el universo mediante luz infrarroja, el telescopio espacial James Webb de la NASA ha logrado penetrar densas capas de polvo en una zona interna de la nebulosa Pata de Gato (NGC 6334). Al dirigir su cámara de infrarrojo cercano (NIRCam) hacia una de las “almohadillas” de esta activa región de formación estelar, Webb descubrió un grupo de pequeñas "almohadillas" que parecen albergar estrellas jóvenes modelando el gas y el polvo que las rodea.

En junio pasado, técnicos de la NASA instalaron los paneles solares del Telescopio Espacial Nancy Grace Roman, marcando uno de los últimos pasos en el proceso de ensamblaje del observatorio, según informó la agencia espacial estadounidense. Estos paneles, conocidos colectivamente como "Protector Solar", cumplirán una doble función: suministrar energía al telescopio y protegerlo del calor solar, permitiendo así las observaciones científicas y manteniendo los instrumentos a temperaturas óptimas.

Los cúmulos globulares, como el ESO 591-12 (también conocido como Palomar 8), son agrupaciones esféricas de decenas de miles a millones de estrellas, unidas estrechamente por la gravedad. Suelen formarse en las primeras etapas de vida de las galaxias, en regiones ricas en gas y polvo. Como las estrellas que los componen nacen del colapso de una misma nube de gas, comparten características similares, entre ellas una edad aproximada.

Los agujeros negros son invisibles a menos que interactúen con materia. Algunos brillan al consumir gas y polvo, mientras otros permanecen latentes hasta que una estrella se acerca lo suficiente para ser devorada. Un nuevo estudio, utilizando datos de la NASA, la ESA y otras instituciones, describe tres casos extraordinarios en los que agujeros negros supermasivos destruyen estrellas masivas, liberando más energía que cien supernovas.

Nuevas observaciones del Observatorio de rayos X Chandra de la NASA, junto con otros telescopios, han captado un evento cósmico inusual: dos cúmulos de galaxias que ya colisionaron hace aproximadamente mil millones de años y que ahora se acercan para chocar de nuevo.

Después de obtener en 2024 una impresionante imagen de la galaxia del Sombrero (Messier 104) en el infrarrojo medio, el Telescopio Espacial James Webb ha vuelto a observar esta icónica galaxia, ahora en longitudes de onda del infrarrojo cercano. Esta nueva perspectiva revela con gran nitidez el bulbo central de la galaxia —una densa concentración de estrellas— mientras que el polvo del anillo exterior bloquea parcialmente la luz estelar que proviene del interior.

Durante décadas, los astrónomos han creído que la Vía Láctea colisionará inevitablemente con la galaxia de Andrómeda en unos 4.500 millones de años. Sin embargo, un nuevo estudio internacional basado en más de diez años de datos del Telescopio Espacial Hubble y del satélite Gaia de la ESA ha puesto en duda esta predicción.

Un grupo de científicos ha encontrado una estrella que se comporta de una manera completamente nueva, lo que podría ayudarnos a entender mejor ciertos objetos misteriosos del universo. Este objeto, llamado ASKAP J1832−0911 (o simplemente ASKAP J1832), fue estudiado usando dos potentes herramientas: el observatorio de rayos X Chandra de la NASA y un radiotelescopio en Australia llamado ASKAP.

En esta nueva imagen del Telescopio Espacial James Webb (NASA/ESA/CSA), lo primero que llama la atención es el imponente cúmulo de galaxias Abell S1063, un “megamonstruo” cósmico situado a unos 4.500 millones de años luz de la Tierra, en la constelación de Grus (la Grulla). Este gigantesco conjunto de galaxias domina el centro de la escena...

La protagonista de esta imagen captada por el Telescopio Espacial Hubble (NASA/ESA) es la galaxia espiral NGC 3511, una impresionante estructura cósmica ubicada a unos 43 millones de años luz de la Tierra, en la constelación Cráter (La Copa). Desde su posición privilegiada en órbita terrestre, el Hubble nos muestra esta galaxia con una inclinación de unos 70 grados.